viernes, 13 de mayo de 2016

Disparados hacia arriba ¡en ruta!

No podemos decir que ciertas cosas nos sorprendan a estas alturas... algo hemos aprendido con el paso de los días, los meses, los años a bordo: nosotros programamos, hacemos planes, la meteo impone sus tiempos!

El plan al llegar a Pto Montt era pasar ¡mínimo! 15 días en la marina. Pedimos precio del travelif para sacar el velero del agua y pintar la patente. Compramos las latas de pintura. Acordamos citas, cenas, tiempos con amigos. Previmos largas mañanas sin madrugar.

Cuando fuimos a sacar el barco del agua nos dicen que la máquina de agua a presión para limpiar el fondo no funciona... eso nos supone -si queremos limpiar bien- un trabajo extra de lijado que no apetece mucho... dejamos el barco en el agua y a pensar.

Miramos la meteo. Sabemos que el invierno llega con la marcha rápida puesta y el acelerador pisado a fondo. La alta presión de Pascua (para mí que no entiendo mucho, algo así como la alta presión de las Azores) cada día está más al norte y con ella el viento sur está presente cada día unos graditos más arriba... analizamos y reanalizamos el tema y parece que lo de salir de Puerto Montt rumbo a Panamá es ya imposible


La solución es ir haciendo saltos por la costa, arañando los días en que el viento es sur -pocos o ninguno- o aquellos en que no hay viento y por lo menos podemos subir a motor. Ahora mismo las estadísticas nos dan un 50% de posibilidades de viento sur a los 30°S (estamos en 42°S) y un 90% si llegamos a los 20°S.

El día 6 tenemos una buena previsión (cero viento) y de hoy para mañana suspendemos citas, aplazamos compras, estibamos a la carrera y soltamos amarras junto a otro velero que está en las mismas que nosotros. Rumbo Valdivia.

Nos separan del siguiente puerto unas 185 millas con lo que podremos solucionar con una única noche de guardia. Hay que madrugar -¡mucho!- para pillar el paso del Chacao con la corriente a favor. Llegamos un poco temprano a la cita y tenemos que fondear para hacer tiempo. A la hora en punto, los dos veleros estamos pasando el paso correntoso y reencontrándonos con el océano.



Como solo es una noche organizamos guardias de dos horas pero llegamos a la conclusión de que no es muy práctico y acordamos volver a las tres horas que nos permiten descansar mejor.



Todo el viaje es a motor aunque a ratos podemos abrir la génova para ganar medio nudo. Los franceses están siempre a vista de AIS, ellos apuestan por más motor e ir un poquito más rápido, nosotros nos conformamos con los 5 nudos que nos permiten llegar con luz de día a Valdivia


A las 17h ya estamos entrando en el río de Valdivia. Toca remontar 5 millas hasta llegar a la marina donde hemos reservado plaza. El tiempo sigue bueno y habríamos seguido navegando un día más pero tenemos zarpe hasta aqui así que no nos queda otra que recalar. El Loul (el velero francés) ha fondeado para no subir contra la corriente pero nosotros hacemos un último esfuercito para dormir bien amarrados. Si las cosas no se nos tuercen será una estancia corta.


Temprano en la mañana vamos al pueblo (precioso lugar, verde, lindo) donde hacemos cuatro compras básicas (algo de fruta que siempre apetece), nos tomamos un café y hacemos un nuevo zarpe. A las 15h ya estamos de nuevo en ruta. Próximo destino Talcahuano. 240 millas más allá.


Esta vez van a ser 48 horas, dos noches de guardia (grrr, cada día me gusta menos) pero el mar está como un plato y salvo un mar de fondo un poco incómodo, no se puede uno quejar de nada


Aquí las velas sí ayudan buena parte del camino (toda la mayor, toda la génova), también la corriente nos da un empujoncito y entre esto y aquello vamos a un promedio que se acerca más a los 6 nudos que a los 5.

Johan organiza las guardias como un caballero (cada día me cuida más) de forma que los dos pasos más complicados -tramos entre continente y una isla, zonas de pescadores llenas de "peligros"- le tocan a él mientras que yo velo los tramos facilitos!


Pasa el primer día sin novedad: comidas, lecturas, sueños, siestas, comunicación por radio... nueva puesta de sol


Y pasa la segunda noche -mis guardias tranquilas, las de Johan intensas- hasta que con la salida del sol estamos llegando a la bahía de Talcahuano


No hemos podido comunicar ni por mail ni por teléfono con ellos (los datos que aparecen en las guías donde hablan de la marina El Manzano son previos al tsunami que devastó la zona años atrás) así que contactamos por radio con la alcaldía de mar que nos hace esperar largo antes de autorizarnos. Finalmente nos dan el ok y nos dirigimos al pantalán.


Nos reciben dos oficiales de la armada -como siempre amables y solícitos- que nos explican que la marina está dentro de un recinto militar, no es una marina de recreo privada. No nos ponen problemas para recalar (el viento del norte que se viene los próximos días hace imposible seguir) y podemos quedarnos una semana que es lo que necesitamos.

Tenemos restricciones (necesitamos un pase y nos traen y nos llevan por el recinto) pero nos tratan como a príncipes.

Una semana inesperada de descanso, y aquí estamos, conociendo la zona, haciendo las reparaciones que quedaron pendientes, durmiendo sin restricción... cargando pilas para el próximo salto, parece que el lunes la vida nos regala seis días de viento sur !!


1 comentario:

Bahia las Islas dijo...

Buena ruta chicos, en Talcahuano no dejéis de visitar el acorazado Huascar, un barco museo que tienen como una joya, ahí mismo en la base militar
Buena proa
Angel