martes, 26 de abril de 2016

Cruzando Penas

21 de abril

      Sigue lloviendo y no tiene pintas de para así que volvemos a estibar bien la auxiliar porque no habrá excursión. El día gira de nuevo en torno a la meteo pero hoy más divertido porque cada 8 horas hablamos con el Galatee e intercambiamos datos, estrategias, rutas y deseos de estar del otro lado.

       Ellos tuvieron un accidente en el estrecho de Magallanes: fondeando en una caleta él fue a atar a un árbol, cuando tenía el nudo firme ella quiso tensar el cabo y ERROR sus manos estaban demasiado cerca de la bita (Johan me ha dicho MILES MILES MILES DE VECES: mínimo un metro entre tus manos y la bita, mejor un poco más) y una fuerte racha de viento hizo girar el barco de forma brusca; no tuvo tiempo de reaccionar y sus manos quedaron atrapadas entre el cabo y la bita. Diagnóstico: tres dedos rotos (tuvieron que ponerle placas para una mejor recuperación) y un dedo parcialmente amputado. La armada acudió en su ayuda y han pasado tres semanas en Punta Arenas hospitalizados. Ahora únicamente pueden fondear a la gira y están deseosos de llegar a Valdivia donde ella tendrá que ser intervenida otra vez. Navegar es maravilloso, pero tiene sus riesgos

22 de abril

       Nuestras charlas van llegando a una misma conclusión: vamos a salir todos en la madrugada de mañana. Son muchos los factores a tener en cuenta: el viento (vamos a tener entre 15/20 nudos), la marea (empieza a “empujarnos a las 3'30h de la madrugada), la necesidad de llegar con luz a un buen fondeo (toca navegar una noche, si salimos a las 4h... una noche y media).

       Ah! vamos a ser tres barcos porque con el Galatee hay un velero de 8 metros con navegante solitario a bordo. Con él no hablamos porque no tiene VHF operativa, tampoco tiene timón automático, ni piloto de viento, tampoco tiene como conseguir los partes de meteo (dice que mira el barómetro y saca la cabeza por la escotilla)... pero ahí está, rumbo norte, como todos los demás.

23 de abril

      Nos levantamos alrededor de las 3h. Nos acostamos temprano pero no hemos pegado ojo. Salimos sin problemas y pronto estamos enfilando el bendito Golfo de Penas. El viento nos acompaña y de repente desempolvamos cosas de las que casi ni nos acordamos: montamos el piloto de viento que como siempre es el MEJOR llevando la rueda, montamos el tangón para fijar el génova y poner orejas de burro. El viento es de SE y forma una ola corta y mediana. El mar de fondo entra del SW con una ola de 2/3 metros que se pelea con la ola del viento. Estoy mareada, viajamos en una coctelera.
Vamos pasando el día lo mejor que podemos, a fin de cuentas estamos navegando a vela a una velocidad buena.

      Cuando cae la tarde estamos cerca de la entrada a la caleta Suárez donde tanto tiempo esperamos en el viaje al sur para cruzar el Golfo en la otra dirección. Yo estoy descansando (leo esto y parece que no hago otra cosa) cuando Johan me grita que me necesita arriba YA!. Salgo de la cama de un salto, en ropa interior -no penséis en nada de Victoria Secret porque voy con una camiseta y un calzoncillo largo de ropa térmica- y me resbalo y me doy un porrazo de padre y señor mío (hay peligros por todos lados). Salgo a la bañera sin vestir y veo a Johan con el timón a mano y me grita que tome un rizo; lo hago, estabilizamos rumbo. El viento térmico de la puesta de sol en conjunción con el relieve en el que nos encontramos o qué sé yo nos ha regalado unas rachas de 35 nudos, el piloto de viento no ha reaccionado suficientemente rápido. Las olas son de 5 metros y rompen por todos lados. Todo es muy feo; el susto está solucionado en 10 minutos y nos planteamos parar a dormir, pero en media hora el viento vuelve a estabilizarse en 10 nudos y las olas dejan de romper bajo nuestra quilla. En fin, navegaremos toda la noche.

24 de abril

      Amanece y hay un momento mágico en que a estribor el sol se dibuja claro y rojo en el perfil de las montañas y el azul tiñe ya el cielo y la luna sigue reinando a babor donde sigue siendo noche; pequeños milagros que hacen que cada día sea especial.

      Hemos decidido entrar por la bahía de Anna Pink porque la corriente empieza a ponernos la cosa más difícil. Después del desayuno me voy a descansar un rato y cuando saco la cabeza hemos cambiado de rumbo: la corriente nos frena y no vale la pena.

     Hablamos con el Galatee que tiene prisa y decide seguir navegando en el océano sin entrar todavía en los canales, a nosotros nos tienta más la idea de descansar y navegar cómodos. Del navegante solitario se ha perdido la pista porque no podemos comunicar por radio pero ya avisó que pararía a dormir en cuanto pudiera. Elegimos Caleta Cañaveral (45°53'1S 074°50'1W) que sobre el papel se ve amplia y cómoda, en verdad, a todo eso hay que sumar que es un rincón impresionantemente bello. Cervecita para celebrar que hemos pasado penas, lectura al sol en la cubierta, comida rápida y SIESTA. Nos vamos a dormir temprano.
 
At 26/04/2016 17:27 (utc) our position was 45°18.89'S 073°40.76'W

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