sábado, 17 de mayo de 2014

Capitán colada

Siguiendo -indirectamente- con el tema del agua, está el tema de la colada. A bordo del Alea no tenemos lavadora (estuvimos a punto pero al final la cosa se quedó en proyecto, mejor así, una cosa menos que se puede romper, aunque la verdad miro con envidia a quienes sí que la tienen, o sea un quiero y no quiero total) así que hay que buscar formas de lavar.

A mí, y ya lo he dicho en otras ocasiones, me encanta lavar a mano, el problema es que tienen que darse dos factores a la vez: tiempo (para lavar, buen tiempo para secar) y agua suficiente.

Llevando gente a bordo las necesidades de lavado se multiplican (más sábanas, muuuchas más toallas) así que hemos encontrado el modo de resolverlo: en Corazón de Jesús, Maribel tiene un par de lavadoras y ofrece sus servicios a los veleros (somos muchos los que adoramos a Maribel) y por 5 o 6 dólares te lava 6 kg de ropa.

Yo sigo lavando nuestra ropa personal (me gusta) pero la lavandería es una referencia obligada a la hora de trazar nuestra ruta.

A veces Corazón está lejos de nuestros fondeos por un rato y la ropa se va acumulando, eso nos pasó la semana pasada ¡todo estaba por lavar! Decidimos encontrar una solución salomónica y por no agobiar a la Mari con bolsas y bolsas y para aligerarle el trabajo (y aprovechando que Julia y Susana habían venido a visitarnos) decidimos hacernos cargo de una parte de la colada nosotros mismos ¡en el río!

A mí me parecía una idea divertida, hasta romántica, pero subir al río -los malditos bajos de la entrada- es algo que me puede, así que me mostré reticente, pero como era minoría no me quedó otra que ir para arriba.

Como siempre, pasados esos tres minutos de poco calado, empecé a sentirme feliz de estar ahí (menos mal que Johan me conoce mejor que yo a mí misma) y me dejé llevar por la belleza del entorno





La idea era encontrar una playita antes de llegar a la zona más alta del río, donde el agua estuviera limpia, pero donde nuestra tarea no ensuciara el agua que la gente utiliza para el consumo


El capitan encontró el sitio ideal para el "desembarco"




E iniciamos la operación colada!!!!!

Primero limpiar bien la auxiliar -el único "recipiente" lo bastante grande para que el trabajo fuera eficaz- y llenarlo de agua



Se toma el detergente -sin abusar- para enjabonar el agua

                           


Y a lavar se ha dicho: mover, frotar, escurrir, volver a mojar, volver a frotar...







Se deja reposar un poquito después de todo el meneo y se saca la ropa de la "lavadora" para vaciar el agua sucia y pasar a la fase del enjuague, o sea, volver a llenar con agua



Un poquito de suavizante (que no necesita enjuagarse después) para dar buen tacto y olorcito


Y a enjuagar


Después de unas risas, un poco de agujetas (que no es tarea relajada), unas cuantas picaduras de insectos y con la ropa limpia, iniciamos el regreso a casa



Los armarios huelen a limpio, hay sábanas y toallas por doquier, nos sentimos bien -como pasa siempre que uno trabaja con sus propias manos- y vuelvo a darle la razón al capi: ha sido un día genial!





2 comentarios:

RALIP.V dijo...

Bueno, bueno, bueno. Por qué lo veo en las fotos que si NO me costaría creerlo. La neumática de PILÓN.
Esto lo cuento. Ya lo creo.

Joaquin Casanovas dijo...

Buenísimo!!!!