viernes, 26 de abril de 2013

arrecifes; 1a parte

Aquí estamos de nuevo, con el internet -la falta de conexión, lo escasa y lenta que es cuando la encontramos- como impedimento para estar más en contacto con vosotros, con un montón de experiencias que compartir y sin encontrar el cómo... no se puede tener todo!

Bueno, os cuento alguna cosilla "menos buena" de estos lares que es algo que mucha gente nos pregunta y no, lo cierto es que no todo es bueno aunque la balanza sigue siendo, de lejos, positiva

Si hay algo que a mí me pone de los nervios (hasta me he inventado un verbo: yo me anervioso) son los arrecifes.

San Blas es un paraíso para la navegación y debo reconocer que esos mismos arrecifes que me "anerviosan" crean mares tranquilos y sin olas en los que navegar es un placer, hacen posibles fondeos tranquilos a escasos metros de donde se ven romper con furia las olas del océano.

Pero a veces hay que sortearlos, hay que rodearlos, hay que encontrar el hueco que te deja entrar en el fondeo... mi misión es ir a proa, subirme al balcón e ir indicando dónde veo mejor camino. ¿fácil, eh?



Eso supone que tengo que distinguir los colores del agua: el marrón es claro, no hay agua; el azul clarito indica poca agua, el más oscuro más profundidad (menos cuando significa que hay plantas y no arena).



El agua es taaaaan clarita que puedo ver a los peces comer en las cabezas del coral. En esos momentos me pongo a gritar como una loca

 - ¡no hay agua, no hay agua!

y Johan, paciente suspira y me grita que la sonda marca 5 metros

¿pero como voy a saber yo si hay cinco metros o dos si veo hasta el último dibujo del lomo del pez que come el coral???



Además por doquier te encuentras barcos que intentando hacer el mismo camino no acertaron


En algunos fondeos entramos zigzagueando entre bajos donde la gente se pasea a escasos metros de nuestro camino con el agua en la rodilla


Y aunque disponemos de un libro estupendo con la cartografía de la zona y un plotter con todas las cartas detalladas, no siempre hay que fiarse de la tecnología y la última palabra siempre la tienen los sentidos. Las cartas de Raymarine tienen bastante exactitud... salvo en algunos lugares puntuales


las cruces rojas y la línea negra que las une son la ruta que nos habíamos dibujado, la línea más fina marca el recorrido real del Alea; como veis según las cartas estamos fondeados sobre el arrecife

Por no hablar de los pasos con un calado inferior a tres metros cuando la sonda empieza a dar señal de alarma


 


en resumen que no es de extrañar que aquí no se alquilen barcos sin patrón, ni que yo llegue a los sitios "hecha polvo"


en fin, que a ratos la vida es dura... o no tanto