martes, 31 de julio de 2012

Llegar a San Blas


¿qué cuesta llegar a San Blas?

Bueno, si hablamos en términos de tiempo, a nosotros nos ha costado casi 7 meses desde que salimos de Fuerteventura, pero claro... nos hemos ido entreteniendo por el camino!

Más rápido se llega con un vuelo a Panamá City y de ahí un par de horitas en 4x4 a través de la jungla para llegar al fondeo donde os espera el Alea...

Pero si hablamos en términos económicos la cosa queda más o menos así.

Al llegar a Panamá hay que hacer una declaración de arribo al país.

El trámite supone pasar por inmigración (el sello del pasaporte y el permiso de estadía cuesta -si se llega en velero- 105 dólares por persona... precio que no hay que pagar si se llega por bus o por avión ¿por qué? qui lo sa!)

A eso hay que sumar el permiso de navegabilidad para el barco; te lo dan por un año, hay que ir a tramitarlo a Colón y el coste es de 193 $.

Con el papeleo hecho nos fuimos a San Blas (coste del zarpe 20 dólares; el país está dividido en zonas de navegación y para desplazarse de una a otra hay que declararlo y solicitar el citado zarpe) donde nos cobraron otros 20 dólares por estar en territorio Kuna Yala (este pago nos permite navegar un mes en la zona... después de ese tiempo... 20 dólares más).

A esto hay que sumar que unos amables funcionarios (acompañados de dos militares fusil en mano) se acercaron al barco para invitarnos (recuerdo, fusil en mano) a comprar una bandera Kuna. 20 dólares más.

Después, llegados a cada isla o grupo de islas, se acerca al velero una barquita que te cobra por el derecho a estar y fondear en el territorio de la citada isla o grupo de islas (muchos de ellos con
recibo que les da cierto aire de oficialidad); por lo común 10 dólares por un mes.

Después, ya dentro de esa isla o grupo de islas, nos hemos topado con el reclamo de uno o dos dólares para tener derecho a desembarcar en algunas playas y pasear por ellas...

Resumiendo: te cobran por el país, la región, la isla y la playa... creo que ya no hay nada más chiquito que eso por lo que nos puedan cobrar pero por si acaso no probaremos a subir a una palmera, jeje.

En fin, en nuestra opinión sería más “simpático” un cobro único y claro al llegar que este sistema “gota a gota”... pero supongo que uno se sienta, mira a su alrededor y piensa:
¡qué demonios, vale la pena!


lunes, 30 de julio de 2012

Sin palabras: llegmos a San Blas!

¡ Y por fin llegamos a San Blas!!!!

Hemos dejado atrás Groenlandia (bueno, en sentido estricto la hemos dejado delante porque forma parte de nuestro futuro, o simplemente la hemos postpuesto) para comprobar que es cierto que esa imagen que uno tiene cuando le hablan del paraíso tropical todavía existe y está en San Blas

¿es cierto?

¿cuándo cierras los ojos te imaginas algo parecido a esto??






¡Nosotros sí!!!!!

no es fácil explicar con palabras lo bonito que es esto así que nos limitaremos a compartir con vosotros unas imágenes



Y es tan bonito por arriba como por abajo

Y no todo son paisajes, hay una cultura milenaria que descubrir y compartir
Y el Alea está ahí, en el centro de tanta belleza

Vamos a estar por aquí hasta octubre y sabéis que a bordo sois más que bienvenidos, que hay un camarote esperando por vosotros; eso sí, tenemos que ser sinceros que después no queremos reclamaciones: unas vacaciones en el paraíso pueden provocar un desestrés terrible!!!
Puesto que San Blas es distinto a todo lo que hemos visto hasta ahora, no vamos a narrar el viaje cronológico ni cada una de las islas, simplemente compartiremos con vosotros pequeñas crónicas, retazos de nuestras vivencias en estas aguas... increíbles aguas.
No nos perdáis la pista y ya sabéis, si podéis, sumaros a la aventura porque esto es único!!

sábado, 28 de julio de 2012

Chao Venezuela. Las Aves

Partimos de Los Roques donde se quedaban nuestros amigos del Cibeles para dirigirnos a Las Aves. Iba a ser una navegación diurna y tranquila, y eso es lo que resultó, una placentera navegación.
 
Llegamos a las Aves de barlovento sin mayor novedad -ni sustos, ni mal tiempo, ni piratas- y nos preparamos para solventar una entrada que también se anunciaba entre arrecifes. Aunque nuestra intención viendo la carta era dirigirnos al más lejano y protegido de los fondeos, vimos un par de veleros en el primero y decidimos quedarnos en compañía.
 
Uno de los dos barcos que estaban allí era un velero no muy grande y bastante destartalado con el que habíamos coincidido en Fuerteventura. Cuatro amigos jóvenes y muchas ganas de viajar en un velero que tenía tantos trastos que uno dudaba de que tuviera cubierta (o de que tuviera flotabilidad) pero ¡allí estaban!
 
Echamos el ancla y disfrutamos del silencio, del paisaje... de los pájaros
 
 
 
 
Antes de poder pensar en nada más decidimos regalarnos una excursión en la auxiliar por los alrededores... se veían cientos de pájaros y queríamos visitarlos de cerca, así que bajamos el barquito, le pusimos el motor ¡y de excursión!
Empezamos poniendo rumbo a una laguna interior que estaba a proa del fondeo; esto es un poquito de lo que pudimos ver, yo estaba sin palabras, disparando sin parar la cámara de fotos.
 



 
Pero después de esto, queríamos más; comprobamos que el tanque de gasolina estaba lleno y nos fuimos a buscar más y más pájaros por los alrededores
 
 
Cuando un día sea viejita y me siente en mi mecedora para recordar los momentos felices de mi vida seguro que este día está presente.
 
Johan dirigía la auxiliar mientras yo iba tumbada, mirando el cielo poblado de pájaros, chillando como una niña en un parque de atraciones, feliz, terriblemente feliz
 
 
 
 
No hace falta que os diga que el espectáculo me había dejado con la boca abierta... hasta que ví caer un proyectil blanco ¡y seguí disfrutando con la boca bien cerrada!
 
 
El entorno era increíble, costaba creer que tan poquitos veleros estuvieran por aquí... nosotros nos habríamos quedado semanas...
 


 
 
La cena tranquila, la luna y el mar. Un día al que no podíamos pedirle más.
 
A la mañana siguiente decidimos cambiar de fondeo e ir a una isla solitaria que de dibujaba a nuestra popa; probamos con el fondeo recomendado por la guía pero un mar resacoso y corales a velar de la superficie nos hicieron desistir y nos fuimos a una bahía que sobre la carta parecía bonita... aunque no soñamos que tanto
 
 
 
Ya sé que he dicho mil veces eso de que el color del agua es indescriptible, que no sé cómo transmitirlo... no querría hacerme repetitiva pero es que...
 

 
Desayunamos en cubierta, nadamos, hicimos snorkel en un arrecife precioso, preparamos una comida gourmet y nos regalamos una siesta al sol.
Nos preparábamos para ir a pasear de la mano por una playa blanca y desierta, o para subir al palo y hacer la mejor foto del Alea en el Caribe, cuando vimos un velero acercarse a nuestro fondeo solitario ¡era el Cibeles! ¿pero no nos habíamos despedido -otra vez- con lágrimas en los ojos? ¿pero no tenían que estar en Los Roques?. Pues no! con el AIS nos localizaron y allí estaban
Cambiamos los planes románticos por una buena velada con amigos. Porque estés donde estés... lo mejor es estar en buena compañía
 
 

 

viernes, 27 de julio de 2012

Los Roques: Dos Mosquises

Os escribo esta crónica desde Cayo Limones en San Blas... el internet por aquí no es tan sencillo como presumíamos aunque tampoco es imposible. Todo esto significa que vamos a intentar seguir escribiendo todas las semanas para poneros al día de nuestras andanzas. San Blas será nuestra casa hasta octubre; cuando la conexión sea medio imposible colgaremos el post sin fotos,
pero preferimos esperar unos días para que podáis disfrutar con nosotros de las imágenes del viaje; así que paciencia para todos -aquí por las horas que nos cuesta subir unos megas, ahí por la
lentitud en los progresos del blog- y seguimos en camino!
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Teníamos que elegir nuestra última parada en Los Roques y todo apuntaba que Cayo de Agua era el punto ineludible, precioso en las fotos, maravillosas las recomendaciones... pero -siempre hay un pero- Ángel nos había comentado que en Dos Mosquises había un centro de recuperación de tortugas y a Johan le hacía mucha ilusión ir a visitarlo; a mí me parecía perfecto salvo por el pequeño detalle de que la entrada a esa isla era de las más complicadas. Ganó el capi y hacia allá que enfilamos... y entramos sin problemas (yo con los nervios a flor de piel que los días nublados no ayudan a esta avistadora de bajos novata).

Dos Mosquises tenía la peculiaridad de estar bastante habitada; además del centro de recuperación de tortugas hay un buen número de edificaciones que reciben a estudiantes venezolanos que van a hacer estancias para estudiar el ecosistema, las tortugas y los yacimientos
arqueológicos de la isla.

Estuvimos de suerte, un grupo de estudiantes estaban con los arqueólogos encargados de las excavaciones y pudimos hablas con ellos y enterarnos aunque fuera someramente del pasado precolombino de una isla que tiene importantes yacimientos y que parece era un lugar de
iniciación de los jóvenes de épocas remotas.

Se han encontrado numerosas figurinas y hay un libro escrito sobre el tema

Después de la charla con los arqueólogos, nos fuimos a visitar el centro de recuperación de las tortugas

Los voluntarios recogen a las tortugas que llegan a las playas de los alrededores y las crías hasta que cumplido un año las devuelven a su hábitat natural. Los visitantes pueden adoptar una tortuga y llegado el momento pueden ser ellos mismos los que les devuelvan la libertad.

La más jovencita de las tortugas tenía dos meses y la más mayor -Federico- pasaba largo del año pero su madrina estaba por llegar para mandarla al agua; hay tortugas de diferentes especies y el cuidador no tuvo problema en explicarnos cuánto se nos ocurrió preguntar mientras disfrutábamos como niños de la visión de este animal que nos fascina

Y después de regreso al Alea

Ya sabéis cuánto me gusta echar unas migas de pan al agua para animar a los pájaros a visitarme... pues bien, aquí eran tan pero que tan amigables que casi los tuvimos que sacar de la mesa donde estábamos comiendo y donde ellos también buscaban su ración

Una siesta cortita y nos fuimos a recorrer la isla sin prisas; se puede dar la vuelta a todo su perímetro en menos de una hora pero a nosotros nos llevó un poco más de tiempo porque a cada momento encontrábamos algo que nos llamaba la atención y nos quedábamos mirando y mirando.

Que si Ana María

Que si un pelícano

Que si la mini pista de aterrizaje que atraviesa la isla de parte a parte

Que si la consecuencia de lo escaso del recorrido de la pista de aterrizaje

Así llegamos a la larga playa de la cara de barlovento de la isla...

Lo más impresionante un grupo de unos 20 peces loro que estaban comiendo prácticamente en la orilla de la playa

Tanto así que la mayor parte del tiempo sus aletas quedaban fuera del agua
Podríamos habernos pasado horas mirando, pero no sólo a los peces loro, no importaba dónde posaras los ojos, todo hacía del día y del lugar algo único

Pasó el tiempo sin sentir y al caer la tarde nos volvimos para el velero

Nos esperaban las Aves en esta visita express a un país y unas islas que se merecen sin discusión una estancia larga, mucho más larga de lo que nosotros hemos podido dedicarles. Volveremos -espero- algún día.