martes, 19 de julio de 2011

Gythion

Ya os conté que cuando llegas a Monemvasia las preguntas náuticas con los vecinos son

¿vas a pasar el cabo (se trata del cabo Maleas) o vienes de pasarlo?
¿lo has pasado a motor o has pasado un mal rato?



Nuestro vecino de pantalán venía de pasarlo en la modalidad "mal rato"; sabemos que el viento es ahí un par de fuerzas (de la escala Beaufort) por encima de la media de la zona así que nosotros queríamos madrugar al día siguiente y aprovechar una previsión de fuerza 2 cosa que casi nos aseguraba la modalidad "a motor" que siempre parece mejor que la otra.

Esperábamos la llegada de amigos en unos 12 días en Gythion y preferíamos estar con tiempo y habiendo disfrutado de una buena travesía que ir con las prisas que llegar tarde a la cita... además podríamos aprovechar la estancia larga en Gythion para hacer esos trabajillos que nunca faltan
(ni los trabajillos ni las buenas intenciones!)

Nos levantamos tempranito porque para las 12h el parte anunciaba que el vientro subiría hasta fuerza 5 y para entonces queríamos estar al otro lado con buenos resguardos a mano si fueran necesarios, así que a las 6 de la mañana ya estábamos en marcha, con 60 millas por delante.




Navegamos el primer tramo a motor hasta superar el cabo, con una preciosa luz de primera hora de la mañana; el disgustillo del día fue que volvió a picar algo grande en la caña que se escapó -otra vez- con nuestro anzuelo. Hemos utilizado diferentes tipos de bichos pero el más exitoso (con el que hemos pescado lo poco que hemos pescado y el que hemos perdido en más pescas frustradas) es una rapala no muy grande -no queremos pescar un pescadote- con forma de caballa. La bautizamos como srta. Sakamoto y vamos ya por la Sakamoto 6... una ruina!

Esto nos sirvió para llegar a la conclusión de que de una vez por todas teníamos que mejorar nuestro equipo de pesca al curricán.



Pasamos el cabo -modalidad "a motor" y con tráfico abundante como siempre en esta zona- y la fuerza 5 no apareció ni por asomo aunque sí tuvimos el viento necesario para poner un ratito las velas y probar qué tal eso de las orejas de burro




y disfrutar de la travesía y del paisaje que nunca nos cansa



A las 17'30 estamos amarrados en Gythion, de costado al muelle

Podría amarrarse con ancla y amarras de popa pero en el muelle no hay más que un par de bolardos muy alejados entre sí y ni una anilla ni noray ni nada donde agarrarse, así que no queda otra que abarloarnos a la pared. A nuestra proa había un "falso español", un velero completamente destrozado que enarbolaba la bandera española; más tarde nos contarían que, igual que el "falso italiano" que alguien había comprado en una subasta y estaba restaurando en el muelle, eran barcos-pateras que lucían pabellones comunitarios para despistar. Al "italiano" -un 35 pies- lo habían pillado con 22 ilegales a bordo... por mucha bandera comunitaria supongo que lo precaria que debía lucir la línea de flotación era una pista de que algo no cuadraba...




Estábamos amarrados en el lugar que la guía indica como más adecuado y en el que solo caben dos barcos (hay locales fijos que ocupan la mayor parte del espacio) pero después nos contaron que en la continuación del muelle ya no llega el ferry por lo que hay espacio para otros cinco o seis barcos; ahora el ferry amarra en la parte exterior del muelle y ya no se forma ola en el interior



Allí estábamos, solitos, pero confiando que alguien más llegara por aquello de la vida social con otros navegantes que tanto nos gusta




Teníamos por delante casi 15 días y muchas cosas que hacer (o no) y Gythion nos dió desde el primer momento muy buena impresión; que sí, que puede ser verdad que no tenga nada especial... pero a nosotros nos pareció un lugar encantador








y más cuando al día siguiente llegaron, juntitos, tres veleros (dos franceses y un inglés) que como nosotros estaban haciendo cálculos para pasar el cabo Maleas -ellos en sentido contrario- y venían a refugiarse en Gythion los 5 días que la meteo anunciaba como poco propicios para el cruce.

En fin, que a veces uno tiene buenas intenciones (teníamos que arreglar el desperfecto del piloto de viento, acabar con un trocito de techo de la cocina que nos falta para decir: ya estamos, hacer compras...) pero la vida te regala amigos, y la elección está clara



A nuestros vecinos franceses se sumó un velero español (el Ricard) y algo más tarde un catamarán de Nueva Zelanda; nos reunimos en el Parabola para charlar sobre puertos y fondeos (unos íbamos y los otros venían) y la cosa se alargó de manera que decidimos continuar al día siguente en el Alea... y al siguiente en el Saxo... y al siguiente... ¡fiesta! hacía días que no nos lo pasábamos tan bien (en la foto celebrando un cumpleaños, 10 personas en un Mody 38, un record de ocupación según sus armardores!)

Jacques -del Saxo, músico profesional que nos deleitó con un conciertito al atardecer- nos enseñó fotos de su mayor captura ¡un atún de unos 50 kg pescado con una caña como la nuestra (que se rompió) y un cebo como el nuestro!!!!, si no hubiéramos visto las fotos nos habría costado de creer... pero ahí estában; nos comentó el proceso de la pesca y concluimos que lo más urgente era cambiar el carrete por uno con más metros de hilo y mejor hilo de pesca.

Al día siguiente ya habíamos comprado un nuevo carrete... y ya puestos una botella de buceo con todo el material necesario que estaba en nuestra lista de deseos necesarios desde hacía tiempo!

Y como no todo fue fiesta y compras, Johan consiguió arreglar el piloto de viento aunque conseguir la pieza de inox fue más difícil que salir del laberinto del Minotauro (parece ser que para cualquier cosa -por pequeña que sea- hay que ir a Atenas). En el proceso de compra y brico conocimos a Tassos, el propietario de la mejor tienda de materiales de la ciudad con el que compartimos cena y gracias al que pudimos conocer un poquito más de la realidad griega y su día a día.

En resumen, que como siempre, dedicarle tiempo a un lugar tiene sus recompensas!



Y llegó la buena previsión de tiempo y nuestros amigos zarparon rumbo a Monemvasia, pero la soledad nos duró poco porque llegó el catamarán de Barbara y Richard al día siguiente




En nuestros planes estaba alquilar un coche para ir a visitar la ciudad bizantina de Mistra. La guía de Rod Heikell -el derrotero que tooooodos los veleros que navegamos por aquí tenemos siempre a mano- indica que este es el mejor lugar para hacer la escapada. Después nos daríamos cuenta que la distancia entre Mistra y Gythion es la misma que entre Mistra y Kalamata... pero si el sr. Heikell dice que desde Gythion... pues todos desde Gythion que para algo él parece ser el que más sabe!

Nosotros -siguiendo nuestra costumbre- sólo alquilamos si nos lo permiten con seguro a todo riesgo y aquí no había posibilidad así que estábamos por desechar la idea cuando nuestros vecinos Barbara y Rick -estadounidenses- nos comentaron que no les aceptaban su carnet de conducir y que si nos importaría ir los cuatro en un coche, conduciendo nosotros; les comentamos lo del seguro y ellos nos dijeron que su visa lo cubría ¡éramos un equipo! así que tarde de paseito por la ciudad y al día siguiente ¡de excursión!





2 comentarios:

Martin Iut dijo...

Joan y Silvia. Yo para el currican uso un cabito fino (de 1,2 mm) negro y de 150 metros, al final con un cable de acero (bastante grueso) para enganchar el señuelo. Sin caña ni carrete. Un tema aparte lo del cebo. Me lo dijo un italiano que habia llegado en solitario a Brasil. Y ademas me dijo que habia que montar un poco de "teatro" Es decir poner algun señuelo mas adelante del ultimo, que es donde atacaran los peces voraces. Oto dato mas que a mi me fue bastante bien. Y lo puedes recojer con el winche!!. Saludos

rom dijo...

No tenía que haber leido nada, no tenía que haber leido nada, no tenía que haber leido nada, no tenía que haber leido nada, no tenía que haber leido nada, no tenía que haber leido nada, .... buaaaaaaaa!!!