miércoles, 27 de abril de 2011

Khalki



Después de muchos días -semanas- mirando la meteo y pensando si sería posible o no llegar a Creta (teníamos ya trazado un plan B para llegar al Peloponeso por las Cicladas, nuestros amigos franceses del Chirimiri renunciaron a cruzar a Creta y pusieron rumbo a Turquía... este paso no siempre se deja asaltar sin más!) parecía que la suerte nos sonreía.



Al día siguiente de la llegada de Pilar el viento iba en descenso -esperábamos que no demasiado- y con F3 podríamos poner rumbo a Khalki navegando por la cara norte de Rodas (para aprovechar el viento que era... del Norte)

La hora ideal para salir eran las 2 de la madrugada, pero quedaba feo recibir a nuestra invitada y no dejarla ni dormir la primera noche, así que nos dimos un paseito de despedida por las calles de la ciudad vieja, cena ¡y a dormir que al día siguiente tocaba sacar las velas!

A las 09:00h ya teníamos todo a punto para decirle adiós a Rodas. En la cocina, las macetas de perejil, hierbabuena y albahaca que nos habían regalado las amigas de Aselea, en las sentinas un buen vino y una botella de champan que nos regaló Chris, una botella de cava Freixenet (sí, sí, como lo leéis, cava del de casa comprado en Rodas) regalo de Concha y Euro, hasta un vinito casero fabricado por el padre de Pari!

En el corazoncito una muesca más: en Rodas dejamos buenos momentos, buenos recuerdos, pero sobre todo buenos amigos. Todos vienen -venís- de un modo u otro a surcar los mares con nosotros.




Finalmente salimos a las 10'30 (siempre sin prisas). Desplegamos las velas. El viento era menor de lo anunciado e hizo falta recurrir al motor para ir adelantando y así, con motor y velas, fuimos haciendo las 35 millas que nos separaban del destino donde llegamos a las 17h tras un viaje relajadito




Al llegar vimos que había un muelle con una grandes piezas de plástico negras, todo apuntaba que debía ser el lugar de atraque del ferry (¿pasará el ferry en invierno?) pero era nuestra única opción ya que el puerto estaba lleno de barcos locales.

Nos acercamos despacio y al llegar ya habían arremolinados cuatro o cinco hombres que nos hacían señas indicando que sí, que podíamos quedarnos ahí y nos ayudaron en la maniobra, como siempre amables y colaboradores.

Ya estábamos en una nueva isla (36º13'16N 027º36'8E), el inicio del periplo 2011, que empieza aquí y nos ha de llevar muy lejos!



El lugar es pequeño pero terriblemente coqueto; muchas casas cerradas a la espera del verano pero encontramos sobradas tabernas, incluso un minimarket y una panadería.

La guardia costera registró nuestro paso por la zona; paseamos, nos tomamos una retsina con un "mezze" (tapa de acompañamiento) riquísima y nos volvimos al barco para la cena.




La cena con alguien a bordo siempre es un momento agradable y Pilar tenía mucho que contarnos. Ella ha cruzado tres veces el Atlántico (dos de ida y una de vuelta) y creo que literalmente la freí a preguntas ¿me aburriré? ¿es fácil vivir tantos días navegando? ¿cuánta agua se consume por persona durante la travesía? ¿recomendaciones para la compra? ¿es llevadera la convivencia en un espacio tan pequeño? y Pilar -que tiene una paciencia envidiable- me fue contestando, contando... vamos, una maravilla de nocha (de semana)

Todavía tenemos mucha Grecia que recorrer pero de alguna manera tanto Johan como yo y hemos empezado a dar nuestra particular vuelta del Atlántico...


A la mañana siguiente -a las 09.00h... increíble- ya soltábamos amarras y dejábamos atrás Khalki.



El Alea volvía a surcar el Egeo!!!

1 comentario:

estibaliz dijo...

Es un placer acompañaros en la distancia, me ayuda a mantener la esperanza de que todo llegará de una manera u otra. Esperamos poder visitaros prontito y freíros un poquito a preguntas también, jejejejjj. Un abrazo y adelante. Estibaliz y familia.