martes, 30 de noviembre de 2010

casualidades y villancicos



En tiempo real

Seguimos en Rodas disfrutando del "invierno" (estoy escribiendo con una camiseta de tirantes mientras leo que en España hace un frío que pela), contentos de nuestra decisión de quedarnos aquí.

Ayer por la mañana, mientras desayunábamos, comentábamos que lo único que faltaba -si lo comparábamos con nuestro primer invierno en una marina- era el ambientillo social: a diferencia de Monastir o Malta donde había más de cien veleros con gente viviendo a bordo, aquí a penas somos tres o cuatro y la gente no parece muy dada a los encuentros o reuniones.

Ahí quedó el comentario.

La tarea urgente de la mañana era ir a comprar un guardamancebo nuevo (el cable que va de proa a popa en los costados del barco, unido por los candeleros y que hace de barandilla); la noche anterior había soplado un viento muy fuerte y al apoyarnos en el barco vecino -o viceversa- el roce de la defensa había acabado por romper el cable (una de las pocas cosas que no habíamos cambiado antes de salir, así que ya tocaba!).

Johan conocía una tienda de inox y allá que nos fuimos.

Tenían el material y mientras nosotros discutíamos sobre qué terminales preferíamos el dueño nos preguntó si éramos españoles. Explicamos qué y cómo y nos contó que su mujer hablaba español y se reunía regularmente con un grupo de hispanos afincados en Rodas!

Un minuto más tarde hablaba con Pari por teléfono (¡en español!) y poco después ya nos habían invitado a su reunión esa misma tarde.

A las 19 h estábamos tomando un te con una colombiana, una paraguaya, una chilena, una madrileña y una griega. Nos informaron de que faltaban más, que ya las iríamos conociendo. Han consitituido una asociación de hispanohablantes y se reúnen con asiduidad, preparan actividades, comparten inquietudes.
En su mayoría son mujeres casadas con griegos y que ya llevan muchos años en Grecia, pero de todo hay: desde quien lleva en este país más de 20 años a quien llegó hace sólo unos meses.

Nos dieron el plan de la reunión de esa tarde: ensayo de la actuación en la iglesia de San Francisco el 19 de diciembre.

En un visto y no visto tenía unos papeles en la mano y estaba entonando (en el grupo de sopranos) "los peces en el río" !!!!!!!!!!!!

El programa se completa con "hacia Belén va una burra" y "Mi burrito sabanero" (villancico a ritmo de cumbia que para algo la mayoría son del cono sur)

Ya soy una más del grupo (Johan no ha querido unirse al coro de voces aunque se lo pasó de miedo en el ensayo) y ya tenemos vida social.

Además ya sabemos donde encontrar una panadería con todo tipo de panes, dónde y cuándo hay mercado de fruta fresca, dónde encontrar un videoclub y pronto las recibiremos en el Alea, iremos a sus casas...

En algún sitio un angelito nos cuida y nos va cumpliendo deseos; desde aquí gracias!




Por cierto que estáis todos invitados, el próximo 19 de diciembre en la iglesia de St. Francis (fácil, es una de las dos iglesias católicas de la ciudad y todo el mundo la conoce), junto al estadio Diágoras, en Rodas

pd. a pesar de lo que cabía esperar, hoy ha vuelto a amanecer soleado, ni rastro de lluvia!


Pero para que veáis que no todo es cantar
también hemos acabado de actualizar nuestra web
ya podéis consultar los itinerarios 2011 y 2012
esperamos que os gusten y os animéis a visitarnos!

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Por el canal de Evia, rumbo al norte, 2ª parte

EN TIEMPO REAL:

seguimos en Rodas donde finalmente hemos decidido pasar el invierno. Es un puerto tranquilo, una ciudad para perderse y pasear horas, tenemos cerca un Lidl, un carpintero, una tienda náutica y vuelos baratos para ir a casa a visitar a la familia.
Precisamente acabo de regresar de un viaje relámpago (médicos y rutinas) a Barcelona. El viaje de verdad, para ver a mucha gente, lo haremos juntos en febrero (tomad nota).
De nuevo en Grecia, con tiempo y con ganas, estamos dispuestos a escribir crónica tras crónica a un ritmo más rápido del habitual para ponernos al día, así que: preparados, listos... YA!


SEGUIMOS CON NUESTRAS CRÓNICAS: Evia, 2ª parte.

Pusimos rumbo a Khalkis (también escrito Chalkis y de diversas otras formas), capital de Evia.
Evia, es una isla pero está unida al continente por dos puentes: un gran puente -con varios carriles para el tráfico rodado- nuevo y un viejo puente que está en la misma ciudad (que se reparte entre el continente y la isla) de apenas unos 200 metros de longitud -así de cerquita está la isla de la masa continental)




Al llegar al gran puente, de construcción más o menos reciente, hay que estar atento a la navegación ya que la profundidad del cauce del río es escasa y hay dragado un canal de paso para la navegación, señalizado con boyas, del que no hay que despistarse ya que puedes ver a la gente pescando con el agua por las rodillas a escasos metros de tí!

Por cierto, que nosotros nos cruzamos con un barco que no tenía demasiado claro lo del lado del canal que le correspondía y nos pasó por nuestro estribor... saliéndose del camino ¡es lo que tiene ser local y conocer al milímetro dónde hay profundidad suficiente y dónde no!




Al llegar a la ciudad, decidimos quedarnos en la marina que hay en la entrada (a estribor si te diriges del sur al norte) ya que la otra opción era el fondeo y es una zona que se caracteriza por las fuertes corrientes que hacen el fondeo incómodo (bueno, por no hablar de que la marina es gratis!)

Después de un amarre más o menos afortunado en la esquinita de un pantalán, un vecino nos dijo que en el fondo había calado suficiente y un lugar que estaba reservado pero que podíamos ocupar por un par de días, así que cambiamos de ubicación.

Khalkis no es una ciudad especialmente atractiva (vamos, que es una ciudad, ciudad, con coches, semáforos, humo...) y nuestro primer objetivo no era turístico. En cuanto todo estuvo bien en el barco nos dirigimos a la guardia costera para informarnos sobre el horario de apertura del puerto y el pago del "peaje".

Como os he dicho, Khalkis dispone de un puente que la une al continente y bajo el que no cabe un velero, así que hay que esperar a que lo abran (una vez al día) para poder seguir el rumbo bien norte o bien sur.

El paso del puente se hace entre las 9 de la noche y las 4 de la madrugada aproximadamente. Suena un poco extraño pero tiene su explicación.




Se trata de un tema de mareas. A mí me costó un poco entenderlo pero voy a intentar explicarlo con la ayuda de Johan (y de la wikipedia!)

En esta zona el efecto de las mareas lunares es muy visible ya que el agua debe canalizarse en un paso estrecho.

Aquí tenéis una definición de libro de las mareas lunares

Cuando la Luna está justo encima de un punto dado de la superficie terrestre, ejerce una fuerza de atracción del agua, que, por lo tanto, se eleva sobre su nivel normal. El agua que cubre la porción de Tierra más lejana de la Luna también está sometida a atracción; se forma así otra elevación que proporciona el fundamento de una segunda onda. La cresta de onda situada bajo la Luna se llama marea directa, y la del lado diametralmente opuesto de la Tierra se llama marea opuesta. En ambas crestas, prevalece la condición conocida como de marea alta, mientras que a lo largo de la circunferencia formada por las zonas perpendiculares al eje de mareas directa y opuesta se producen fases de marea baja.

Pues bien, las mareas altas y bajas se alternan en un ciclo continuo pero entre una y otra se produce el fenómeno al que estábamos esperando


En zonas cerradas, una corriente de marea fluye durante unas 6 h y 12 min aguas arriba, o hacia la costa, en correspondencia con la marea alta; después se invierte y fluye, durante casi el mismo tiempo, en dirección contraria, y se corresponde con la marea baja. Durante el periodo de inversión, el agua se caracteriza por un estado de inmovilidad, o calma, llamado repunte de la marea.

O sea, que teníamos que esperar a ese momento de inmovilidad del agua (que os prometo se podía apreciar a simple vista) y debía ser uno de los dos de horario nocturno porque -suponemos- preferían no cortar el tráfico rodado durante el día ya que el puente es una de las arterias principales de movilidad de la ciudad.

Pero -porque en esta vida muchas veces hay un pero- en capitanía nos informaron que ese día no se iba a abrir el puente: problemas con los funcionarios encargados de hacerlo (parece ser que aquí también han recortado sueldos de manera importante) hacía que estuvieran en "medio huelga" y abrieran únicamente algunos días a la semana.

Quejas, lamentos y poco que hacer.

Nos dijeron que permaneciéramos a la escucha a partir de las 20h en el canal 12 (por si acaso) pero que volviéramos a pagar al día siguiente (18 euros).

Dormimos sin oír ni un murmullo en la radio y al despertar al día siguiente : ¡todos los barcos que habían fondeado habían pasado! ¡habían abierto el puente!

Fuimos hechos una furia -bueno, no tanto, que eso se nos da fatal- a capitanía y nos dijeron que ha habido una emergencia -después sabríamos que había llegado una motora con un armador que debía ser más influyente que nosotros- y que habían tenido que abrir... por lo que ese día no abrirían, teníamos que esperar un día más.

Pedimos hablar con alguien de más arriba, y con alguien de más arriba, y con alguien de más arriba hasta llegar a un tipo atento, preocupado por nuestra situación y con muchos galones en el hombro. Se portó fenomenal, movió cielo y tierra... ¡y consiguió que nos abrieran el puente!




Para pasar el procedimiento es el siguiente: te piden que fondees en las inmediaciones y cuando la marea es la adecuada empiezan a nombrar a todos los barcos que van a pasar indicando el orden de hacerlo (primero en un sentido y después en otro, en fila de a uno, vuelven a nombrarte en el momento en que te corresponde moverte, y controlando que aun sin corriente no es sencillo) y ahí es donde ves que han mencionado a 10 veleros pero que hay 15 esperando, que tú te pones en la fila y hay un camicace que te adelante sin miramientos y que casi te come en mitad del paso.

Son los que pasan sin pagar por ahorrarse 18 eurillos y ponen de un humor de perros a los que trabajan en el puente que después dicen que para el sueldo que cobran y ayudar a unos cuantos aprovechados... en fin, allá cada cual.

Los prófugos pusieron todos rumbo a un fondeo que hay a poca distancia, los que habíamos pagado, nos quedamos abarloados en el muelle para seguir camino al día siguiente.

Nosotros nos regalamos un paseo y un helado antes de ir a dormir.

Y seguimos -ya con Sonia a bordo- nuestro camino hacia el norte, en busca de las Esporadas.




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Info para navegantes.


Si se llega a Khalkis desde el sur hay una marina gratuita en la que esperar la apertura del puente; puede también fondearse casi junto al puente en una bahía amplia, aunque por las corrientes puede ser un poco incómodo, también vimos a algún velero abarloado a una pared a estribor del puente, pero también se movían de forma poco apetecible

Si se llega a Khalkis desde el norte hay un amplio muelle a babor justo junto a las terrazas de los bares donde abarloar... un sitio animado

Hay que dirigirse a Capitanía para avisar de que se quiere cruzar; ellos informan de la frecuencia de radio y del horario previsto

El pago para 44 pies fue de 18 euros

La ciudad no es especialmente bonita pero está muy bien comunicada en bus con Atenas y es perfecta para hacer compras y llenar la despensa y tiene una agradable zona de bares muy animada por las noches.



miércoles, 3 de noviembre de 2010

Por el canal de Evia, rumbo al norte, 1ª parte

Pues como os iba contando... regresamos a Karistos (en el sur de Evia) para de ahí pasar a Puerto Rafti e iniciar el zigzagueo que -ahora isla, ahora continente- nos tenía que llevar a las Espóradas, nuestro destino veraniego.

Llegamos a Karistos en una travesía en que el viento no era demasiado constante y lo mismo teníamos que poner el motor que podíamos aprovechar el viento a ratos.

De Karistos ya os comenté: el puerto no está mal y uno tiene la sensación de estar en una ciudad "auténtica" en el sentido de que no te encuentras tiendas de souvenirs, no hay más extranjeros que los ocupantes de los cuatro veleros que nos encontramos amarrados.

Eso sí, la ciudad, si tienes ganas de mirarla con buenos ojos tiene rincones encantadores, y coincidimos con un señor inglés que nos comentó que estaba ahí de vacaciones con un grupo de senderismo y que ese era su destino de los últimos años porque el lugar ofrece unas caminatas interesantes y muy atractivas... para que luego yo vaya diciendo que el sitio no tiene demasiado que dar!





Y en cuanto tuvimos una previsión de viento aceptable nos fuimos a puerto Rafti. Estábamos esperando a Luz y Javier para que embarcaran con nosotros y nos habían hablado bien de este fondeo. Lo cierto es que nos pareció perfecto para pasar unos días: una bahía bien resguardada donde echar el ancla entre otros muchos barcos, un pueblecito con bares donde pasar un buen rato, un Lidl en las proximidades, un par de tiendas náuticas... y el aeropuerto a sólo 7 km, de modo que nuestros amigos sólo tenían que tomar un taxi y ya estaban en el Alea



Es cierto que sólo hay un pequeño pantalán y que está siempre ocupado por veleros de charter, pero como no necesitábamos agua ni electricidad, para nosotros fue un refugio perfecto.




Aprovechamos para subir al palo a comprobar la luz de fondeo y Johan pudo ver el barco desde un ángulo inusual!



Ya con Luz y Javier a bordo iniciamos el descubrimiento del canal entre el continente y Evia.

Si consultáis una guía turística sobre las islas griegas, es muy problable que Evia no apareza mencionada, y si lo está, que de ella sólo digan que es la más grande de las islas griegas tras Creta y poco más... y si algo más dicen es sobre su costa norte y sus playas.

Sin embargo, hemos podido descubrir rincones acogedores, donde el turismo extranjero brilla por su ausencia pero el griego campa a sus anchas, hemos visto playas casi desiertas y tabernas encantadoras, hemos encontrado fondeos seguros y viento para desplegar las velas!

O sea, que es una ruta que -como el paso entre Patrás y Corintio- se entiende como un mero trámite para ir de A a B y sin embargo tiene mucho de interesante que a casi todo el mundo se le escapa de los dedos por las prisas.

La primera recalada fuen en Panayia, en una bahía llamada Almiropotamos (vaya nombrecito!) fondeados cerquita de la playa.



De ahí navegamos -a vela, sin problemas aunque despacito- hasta Aliverión que dispone de un puerto al que amarrar con comodidad (bueno, un puerto, un muelle en el paseo de la ciudad) y en el que había agua disponible.




Es un pequeño pueblo en el que se pueden encontrar playitas en las que tomar el sol sin apenas gente.



es cierto que si abres un poquito el objetivo, el paisaje no es del todo idílico, pero os puedo asegurar que las aguas estaban cristalinas!




Y antes de llegar a Khalkis, capital de la isla y punto en el que un puente debe abrirse para poder seguir subiendo- aun nos regalamos una tarde de paseos, cervecita y puesta de sol fondeados en Erétria.



Nos encantó ver tantas familias disfrutando juntas en la playa y poder pasear sin prisas por las calles tranquilas. En fin, otro mundo!